Para llegar a la presa N° 3 de El Cadillal, el GPS diría que al llegar a la rotonda “tome la cuarta salida”; es decir, después de girar como si fuera rumbo al embarcadero, tomar la última calle hacia el sur. Circular unos 200 metros y ahí está la pequeña presa, ubicada muy lejos al sur del murallón, a la altura de la chimenea que está dentro del agua cuando el embalse tiene líquido. Ayer la chimenea estaba en medio de pastos y barro. La presa está oculta por el embarcadero.
El Cadillal: fisuras, colmataciones y DNUNo es zona que visiten los turistas ni los pescadores. Para subir desde la calle tal vez habría que pedir permiso en la Usina, porque un cartel dice “zona concesionada” a la Hidroeléctrica Tucumán. De cualquier manera, los alambres de la cerca dejan amplio espacio. Hay un estrecho camino, casi senda, que pasa por arriba del talud de la presa, que se pierde en la selva que rodea al embalse.
Fisuras en El Cadillal: las alarmas se habían encendido en 2021Las piedras del talud parecen bien puestas, nada hace pensar que haya filtraciones que, de todos modos, están muy por debajo de la base. “Siempre ha tenido filtraciones. Por eso hay una zanja que lleva el agua hacia el este”, dice Micaela Cajal, que vive en una casa ubicada exactamente en la bajada este de la presa.
- ¿Saben de la preocupación por las filtraciones? ¿No tienen miedo?- se le pregunta. “Desde que me acuerdo hay filtraciones. En todas las estaciones sale agua, a veces un poco más, pero nunca se desborda de la zanja”, agrega. “Sí es raro que han venido de la Usina a cortar árboles ahí cerca de la presa”, concluye, señalando los matorrales junto al dique.
Más abajo, ya en la ruta 347, en la zona baja a unos 600 metros al sur de la rotonda, hay un pequeño centro comercial llamado “La campechana”, ubicado en la misma línea de bajada del agua. De hecho, al costado del centro pasa la zanja que sale de la presa. “Siempre hay filtraciones. Pero en los últimos 15 años aumentaron un poco -explica Laura, de la heladería del centro comercial- Si usted va hacia el este, va a encontrar un barrio que ya está inquieto por el tamaño del zanjón. Es la zona del Vallecito”.
- ¿Tiene miedo de que haya más problemas con las filtraciones? ¿Que se rompa?, se le pregunta. “No -responde- Son cosas políticas, ¿No?”.